TRATAMIENTO Y RESOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS EN EL PATIO. ASAMBLEA 4º PRIMARIA

ASAMBLEA 4º: 

TRATAMIENTO Y RESOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS EN EL PATIO

Hablamos de escuela inclusiva, de cooperación, de técnicas de aprendizaje colaborativo, de participación.....Yo creo que el centro de todo, la idea central que cambia la mirada con que vemos nuestra escuela, es la de HACERNOS CARGO UNOS DE OTROS. Cuando en la escuela empezamos a mirar con esa perspectiva, algo hace clic y encaja.

Empezamos a escuchar cosas que antes puede que se dijeran, pero no prestábamos oído, ni ayuda, ni dábamos vía de salida a tanta iniciativa que los niños tienen.

Una escuela en la que hacernos cargo unos de otros es lo que se espera de todos los que participamos en ella, es una escuela donde se piensa en dialogo: SOBRE TU IDEA PONGO YO OTRA, Y JUNTAS SON OTRA COSA MAS QUE LA SUMA DE AMBAS. (Es mi explicación, para entendernos, del aprendizaje dialógico)

HACERNOS CARGO UNOS DE OTROS, de nuestros aprendizajes, de nuestras necesidades, de nuestros afectos, de nuestro comportamiento.

Y estas sorpresas nos llevamos en la asamblea de clase. Planteo el tema de los conflictos que últimamente, y la hora de recreo, tenemos más de la cuenta en el patio. Como nos cuesta trabajo seguir el orden de palabra (somos una clase creativa y muy participativa) hemos decidido pasarnos un testigo de mano en mano para poder hablar; no nos gusta mucho, pero así los mas apocados tienen las mismas oportunidades de expresarse que los lanzadillos.

Primero hablamos de si nos parece bien o no tener tantos conflictos seguidos, porque estamos en racha; en general se coincide que no está bien, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro grupo tiene fama de estupendos en el cole y, como sigamos así, la vamos a perder.

Las primeras aportaciones son bastante típicas; en verdad no solo son las que primero se les ocurren a los niños, también a los maestros y a los padres

• Castigar a los que molesten sin jugar a lo que más les gusta.
• Tres faltas y te quitan el fútbol definitivamente.
• Una semana... un mes... (Les falta añadir cadena perpetua...)

Yo voy apuntándolo todo, porque es lo que va diciendo la asamblea. No son decisiones definitivas, estamos pensando en grupo. Las ideas de unos encaramándose sobre las de otros, se ve como una máquina de pensar imaginaria sobre el círculo de nuestras cabezas)

De pronto J. hace una aportación diferente. Dice que lo mejor sería el ¿...? Dice una palabra rara, no le sale, pero enseguida entiendo (no es mi imaginación) que quiere decir autocontrol y, por eso, se lo traduzco. Los demás lo pillan al vuelo, y yo aprovecho para decir que deberíamos entonces pensar en soluciones que no fueran castigos.

Uno de los problemas que toda la clase reconoce como foco de conflicto es que una persona del grupo corre a meterse en cualquier roce que pueda surgir y, aunque no le concierna, se dedica a malmeter incluso inventando mentiras. De este modo una pequeña diferencia acaba siendo un conflicto de los gordos. Todo el mundo sabe que eso pasa, incluso M. ,el personaje en cuestión, que ahora reconoce, con respecto a lo que dice J de autocontrol, que le resulta imposible controlarse, que ve un lio y allí va, a ver si lo agranda.

Entonces le toca hablar a C. y dice:

– ¿Y SI TE AYUDA A CONTOLARTE UNA BUENA AMIGA?

(Aquí viene donde yo, con ojos como platos, escucho cómo hacerse cargo unos de otros, cómo corresponsabilizarse de la convivencia del grupo, de las dificultades que puedan tener los otros... Les parece lo más natural del mundo, lo que hay que hacer para que o todos o ninguno salgamos adelante)

- ¿Te parecería bien, M.? –añade C.

M. está un poco apurada, porque reconoce que es una lianta, y es por eso por lo que le echo un cable...

– Tú eres una niña estupenda para muchas cosas, tienes amigas que te pueden ayudar eso. ¿tú querrías?

M. dice que le parece bien y que, como casi siempre juega con ella, puede darse cuenta de cuando se mete en el berenjenal, y avisarle -con cariño-puntualizo yo. Cuando C. se canse del papel, M. Puede escoger a otra persona que le ayude.

– ¿Y si C. Se distrae? –comenta R.

– No va a estar todo el rato pendiente, también podrá jugar –defiende F.

A mí, entonces, me sale sola la metáfora: LOS ANGELES DE LA GUARDA TAMBIÉN TIENEN DERECHO A DISTRAERSE... -la verdad es que estoy tan encantada que les veo las alas.- Y si M. mientras se mete en un lío, es responsabilidad solo suya.

Como hay algunos chicos que jugando al futbol tienen bastantes enfrentamientos, enseguida F. engancha su idea a la idea anterior y aporta:

– Lo mismo que hacemos con M. podemos hacerlo con otros.

– Eso lo tiene que decidir y escoger cada uno, añado yo, y por supuesto estar de acuerdo los dos.

T. dice:

– Yo quiero que me ayude B. ¿Quieres B?

– Sí quiero –contesta B.

Y la guinda la pone P., que no está pasando por un buen momento en casa, y las lía día si día no:

– Yo quiero que a mí me ayude a controlarme F. A mi F. me da muy buen rollo.

Al día siguiente les digo que les he traído un objeto mágico que evitará conflictos en el patio. Se trata de una tiza blanca, para pintar rayuelas y evitar ratos muertos en los que pelearse distrae mucho... En cuanto lo digo... nos damos cuenta de que esto requiere otra asamblea: Pensar en las razones por las que se producen los conflictos en el patio...

Inmediatamente Cl. empieza a hacer sus aportaciones. Le paro los pies y digo:

– Apúntalo para la asamblea... las cosas importantes hay que hacerlas con formalidad.